Desde su toma de posesión en enero de 2021, el presidente Joe Biden ha combatido activamente la pandemia de COVID-19 con varias órdenes ejecutivas.
En respuesta a estas órdenes, la OSHA ha puesto en marcha un nuevo programa de énfasis nacional que centra sus esfuerzos en las industrias y los empresarios más afectados por el COVID-19. Además, la OSHA ha actualizado sus directrices sobre el COVID-19 recomendando que todos los empresarios adopten un plan formal de prevención del COVID-19.
Puntos clave:
- Los empresarios tienen nuevas obligaciones en el marco del Programa de Énfasis Nacional COVID-19
- Las citaciones de COVID-19 podrían entrar en el ámbito de la Cláusula de Deberes Generales.
- El nombramiento de Marty Walsh podría llevar a más Normas COVID-19 y la acción de la OSHA.
- Los empresarios pueden esperar un aumento de las normativas, inspecciones, citaciones y multas bajo la administración Biden.
Conoce el Programa de Énfasis Nacional COVID-19
El nuevo programa de énfasis nacional hace hincapié en la inspección de los lugares de trabajo con COVID-19 relacionados con muertes, enfermedades graves, brotes y quejas de los empleados.
En segundo lugar, el programa nacional de énfasis requiere que la OSHA elabore una lista de empleadores a inspeccionar basada en los datos de la industria y del empleador 300A. Esta lista incluirá a los empleadores de los sectores de la asistencia sanitaria, el procesamiento de la carne, la manipulación y el procesamiento de alimentos, el almacenamiento y el depósito, la agricultura, la construcción y la industria manufacturera con elevadas tasas de enfermedad según los datos individuales del empleador 300A.
El programa establece además que la OSHA emitirá citaciones en virtud de la Cláusula de deberes generales al determinar que los empresarios no están cumpliendo las orientaciones de la OSHA y/o los CDC para proteger a los empleados de la COVID-19. Asimismo, las orientaciones actualizadas que la OSHA ha publicado recientemente incorporan las siguientes actividades y elementos que los empresarios deberían adoptar para proteger a los empleados del COVID-19:
- Realiza una evaluación de los riesgos relacionados con la exposición al COVID-19;
- Identifica las medidas de control para limitar la propagación del COVID-19 (como el distanciamiento, las máscaras, las barreras, el trabajo desde casa, los turnos escalonados, etc.);
- Adoptar políticas que animen a los trabajadores enfermos a quedarse en casa y no acudir al trabajo;
- Comunicar y formar a los empleados sobre las políticas y procedimientos aplicados (en sus lenguas maternas)
- Implantar protecciones contra las represalias para los trabajadores que planteen preocupaciones y problemas relacionados con la COVID-19.
Además, esta orientación aconseja a los empresarios que sigan exigiendo a todos los empleados -incluso a los que se han vacunado- que cumplan todas las medidas de control, incluido el uso de mascarillas y el distanciamiento social. La OSHA lo justifica afirmando que "no hay pruebas de que las vacunas contra el COVID-19 prevengan la transmisión del virus de persona a persona".
Aunque estas recomendaciones no crean nuevas normas o reglamentos, los empresarios deben cumplirlas de todos modos, con la expectativa de que la OSHA haga cumplir estas recomendaciones mediante la Cláusula de Deberes Generales de la OSHA o alguna otra norma existente.
Qué se puede esperar del nuevo jefe del DOL, Marty Walsh
Además de estos cambios, el presidente Biden eligió al alcalde de Boston y antiguo líder sindical Marty Walsh para dirigir el Departamento de Trabajo, poniéndolo a cargo de la OSHA.
Se espera que Walsh, que contaba con el apoyo de muchos grandes sindicatos, lleve a cabo una agenda pro-sindical, incluyendo la aplicación de normas que faciliten la sindicalización de los empleados. Aunque también se espera que el Sr. Walsh adopte probablemente un enfoque más pragmático, no sería sorprendente ver a la OSHA federal poner en marcha rápidamente sus propias normas relacionadas con el COVID-19.
Se prevé que la OSHA de Biden continúe la trayectoria de la administración Obama. Por ello, se esperan los siguientes cambios:
- mayor regulación
- aumento de las inspecciones
- aumento de las citas
- aumento de las multas
- aumento de las citaciones repetidas y voluntarias.
Además, es probable que vuelvan a aparecer normas específicas promulgadas por Obama pero anuladas por Trump. Por ejemplo, la norma que obliga a los empresarios con más de 250 empleados a presentar electrónicamente los datos de sus registros 300 y 301 (además de la información ya exigida de los 300A).
De cara al futuro, los empresarios harían bien en empezar a reforzar sus programas de seguridad, adoptar procedimientos para gestionar las inevitables inspecciones de la OSHA y prepararse para la aplicación de las normas COVID-19.